Repetirlo para dejarlo claro

Abres un armario para guardar a alguien y ves
a mucha gente arremolinándose delante
para que los coloques.
No resulta.
Escribes toda la noche, construyes armarios nuevos, los numeras
pero tardas demasiado.
Nadie tiene ese tiempo, porque la luna, la muerte, el amor verdadero
también quieren estar a nuestro servicio.
Dentro se reúne la gente alrededor del teléfono.
¿Qué puede conseguir un hombre con su voz?
¿Qué ocurre con tu voz? Dicen:
el teléfono no puede estar allí
el teléfono no puede estar allí.
Empiezo de nuevo.
Abres un armario para guardar a alguien y ves
que sigues abriéndolo para hacer que todo sea cierto. (1)
(1) Poema de Jan Baeke. Traducción de Eva Navarro.
0 comentarios